Con las vacaciones, muchos aprovechan para disfrutar de la casa en la playa, el pueblo o la montaña. Desconectar de la rutina es más fácil si se está en un sitio diferente al habitual, por lo que, a la hora de decorar la segunda residencia es recomendable que tenga una imagen distinta a la principal y que esta varíe en función de su emplazamiento.
Es muy importante aprovechar las vistas del entorno, si son interesantes, distribuyendo el mobiliario en consecuencia y permitiendo que las estancias estén en total comunión con el exterior. De esta forma, no sólo se logrará una sensación mucho más agradable, también se ahorrará luz al aprovechar al máximo la iluminación natural.
Como ya es sabido la iluminación es muy importante a la hora de crear esa atmósfera tranquila y relajante es imprescindible maximizar la luz de sol. Cuando llega la noche, los candelabros o guirnaldas de luces complementan las clásicas luminarias de techo para iluminar el espacio y le dan un toque mágico.
De la mano de la iluminación se encuentran los colores. Hay que prestar especial atención al entorno y adaptar los tonos de las paredes y el mobiliario al ambiente. Por lo general, se debe apostar por colores claros y frescos, que potencien la luminosidad, como el blanco, los tonos piedra o incluso el color marfil que, además, resultan perfectos para aportar esa sensación de frescor tan buscada en verano.
Además, es muy importante tener siempre presente la comodidad: hay que buscar soluciones prácticas y sencillas, pero también decorativas, que resulten de fácil limpieza y escaso mantenimiento. Al ser un lugar donde se pasa relativamente poco tiempo, no hace falta mucho más mobiliario del imprescindible.
En cuanto a las estancias, la sala de estar y las zonas exteriores cobran especial importancia en las segundas residencias, ya que son el espacio familiar por excelencia, donde disfrutar de largas veladas, tanto de día como de noche. Por eso, no pueden faltar cómodos sofás o sillones y una mesa espaciosa para las eternas sobremesas, siempre siguiendo el estilo decorativo predominante en toda la casa.
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