Tomar como base una escala de grises para los ambientes del hogar tiene un gran potencial: sus tonos más claros generan amplitud, los más cálidos dan la sensación de un lugar acogedor y los más fríos hacen que la atmósfera se sienta elegante y moderna. Además, por ser un punto medio entre blanco y negro, puedes jugar con las luces y el contraste con otros colores.
Si bien los neutros se pueden combinar entre sí, te aconsejamos que te mantengas en la escala de grises para que el espacio tenga cohesión. Lo que sí puedes hacer es mantener la misma tonalidad con diferentes saturaciones e incluso degradados de más claro a más oscuro.
Además de las paredes, también puedes crear una atmósfera gris con muebles y tapetes. ¡Piérdele el miedo! Este no es un color aburrido si aprovechas los elementos correctos y dejas volar tu imaginación para jugar con texturas y superficies.
Dependiendo del espacio de tu casa del que se trate, deberás elegir entre la gama de grises fríos o cálidos. Para las recámaras y cuartos de estudio o salas de estar, por ejemplo, puedes optar por los grises más cálidos, y para la cocina y los baños por una tonalidad que tienda hacia lo frío.
Además de las habitaciones de alto contraste con blanco y negro, los cuartos grises son ideales para que tengas acentos de color que atraigan la vista y alegren el panorama. Busca un objeto de arte o un mueble con diseño que sea muy especial, que puedas colocar en un rincón de lectura o descanso, en una pared como punto focal o sobre un mueble.
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