Las plantas aromáticas son plantas muy bonitas que podemos aprovechar para decorar nuestra cocina, y además utilizarlas en nuestras recetas. ¿Sabes cómo cuidarlas?
Las plantas aromáticas crecen bien en el interior y no necesitan mucha luz, por lo que son ideales para tener en la cocina. Dependiendo del espacio del que dispongamos podremos elegir más o menos plantas, pero lo importante es saber aprovecharlas para enriquecer el espacio y también nuestros platos.
Podemos empezar a cultivar una selección de las plantas aromáticas básicas para dar sabor a nuestra cocina, y después añadir alguna más exótica.
El perejil no puede faltar en ninguna cocina que se precie. Es el condimento básico de multitud de recetas, típico de la dieta mediterránea, con un sabor fresco y tonificante. Tiene un color verde muy vivo y unas hojas pinadas, a veces rizadas, que estéticamente combinan muy bien con otras plantas.
Si disponemos de más espacio, podemos sumar otras variedades a nuestra cocina como, por ejemplo, el cilantro, la salvia, el tomillo o el romero, plantas aromáticas que se adaptan muy bien al cultivo interior.
La albahaca y el orégano son dos aromáticas de aromas intensos que suelen combinarse en muchos platos, siendo muy populares en la cocina italiana. Las hojas de la albahaca poseen un sabor profundo que conviene degustar recién cortadas, mientras que el orégano también es muy aromático si se deja secar.
Otra planta es la hierbabuena; crece con facilidad en todo tipo de tierras y sus hojas se pueden emplear tanto para dar un sabor fresco a platos como ensaladas, como para preparar infusiones.
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